Hola, no voy a opinar solo a poner esta noticia que me ha parecido curiosa. No sé si es fiable o interesante para el foro, por si acaso ahí va:
CIENCIA En el cielo pasan cosas raras Por Jorge Alcalde | Mayo de 2009. Un equipo de astrónomos del centro Jodrell Bank de Gran Bretaña, mientras observa los datos obtenidos por el telescopio Lovell, detecta una emisión de radio que llama poderosamente la atención. Se trata de un flujo de ondas que no se corresponde con nada conocido hasta ahora, con ninguna radiofrecuencia emitida por objeto cósmico catalogado alguno.
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Procede
de la galaxia M82, una guardería estelar (en ella se ha registrado una
gran proliferación de estrellas recién nacidas) que flota en el espacio
a más de 11 millones de años luz de la Tierra. Las emisiones recibidas
dejan perplejos a todos los observadores científicos que tienen acceso
a ellas. Para empezar, parece que viajan a velocidades mayores que la
de la luz. Hasta ahora, estas radiaciones supralumínicas sólo se habían
detectado en entornos extremadamente energéticos como los alrededores
de agujeros negros supermasivos. Pero M82 no parece ser una candidata a
albergar uno de estos monstruos. De hecho, esta galaxia se caracteriza
por ser cinco veces más brillante que la Vía Láctea. De tratarse de un
chorro de materia eyectado en los confines de un agujero negro, la
emisión procedería del centro de la galaxia. Sin embargo, se sabe que
esta señal llega desde la periferia de M82.
Para colmo, el objeto que la genera gira a velocidades de vértigo
(una rotación completa cada pocos días). Hay que tener en cuenta que
una emisión tan poderosa debe de proceder de un objeto de una masa
descomunal, por lo que la velocidad de su giro resulta una anomalía
inesperada.
Un tercer factor desconcertante: su brillo, intensísimo, es muy
constante. Una supernova, por ejemplo, que pasa por ser uno de los
fenómenos cósmicos más brillantes, es perecedera. A los pocos días de
su explosión primigenia pierde intensidad y termina por desvanecerse en
la oscuridad del cosmos. Pero este objeto (o lo que sea) mantiene su
pulso emisor de manera constante, con altibajos ligeramente periódicos.
¿Qué demonios hay en M82? Aún nadie lo sabe, puede que se trate de
alguna estructura tipo quasar con una fisiología desconocida hasta
ahora. O quizás de una nueva categoría cósmica que todavía no conocemos.
Esta semana, los medios de comunicación especializados en ciencia
hemos tenido la oportunidad de conocer un poco más del trabajo de los
astrónomos británicos con M82. Y a algunos nos ha venido a la memoria
uno de los pasajes más bellos de la reciente historia de la astronomía.
En 1967, Jocelyn Bell, que realizaba su tesis doctoral en Cambridge,
y Anthony Hewish, su director de tesis, quedaron boquiabiertos por la
señal que recogían sus radiotelescopios. Un pulso de radio
extremadamente regular. En concreto, duraba 1,3373 segundos y se
repetía con exactitud olímpica cada 0,04 segundos. No hay nada en la
naturaleza aparente que guarde tal precisión. En el mundo natural las
cosas no son exactas. Ni siquiera dos gotas de agua (que utilizamos
como paradigma de la similitud) son iguales. Aquella emisión de radio
debía ser artificial. ¿Estaban los astrónomos de Cambridge ante la
primera señal recibida por una civilización extraterrestre? Durante
cierto tiempo, Bell y Hewish albergaron cierta esperanza de que así
fuera. De hecho, llamaron a su hallazgo LGM-1 (siglas de Little Green
Men)
Por fortuna, la ciencia salió al encuentro. Hewish y Bell
recorrieron el catálogo de posibilidades cósmicas para explicar su
hallazgo y encontraron una fuente capaz de emitir con periodicidad
exacta ondas de radio: los púlsares. Un púlsar es una estrella de
neutrones muy masiva. La materia que alberga está tan aprisionada por
las fuerzas de atracción gravitatoria que ha perdido casi todos sus
protones y electrones (está fabricada casi exclusivamente de
neutrones). Es tan grande la presión que ejerce la gravedad sobre estas
estrellas (cientos de veces más pesadas que el Sol pero con un tamaño
menor que el Himalaya) que se generan en su seno enormes campos
magnéticos. Además, su pequeño tamaño las impele a rotar a una
velocidad de vértigo. De ese modo, los chorros de emisiones de sus
campos magnéticos giran a gran velocidad y sólo una vez cada poco
tiempo (apenas unos segundos) apuntan a la Tierra como un faro cósmico:
con regularidad milimétrica. Tanto que los astrónomos los usan para
medir con exactitud distancias y posiciones en el cielo (igual que un
marinero utiliza las luces rotarias de un faro en lontananza)
No, las emisiones de Cambridge no eran producto de ninguna
tecnología alienígena. Hewish y Bell se quedaron sin la gloria de haber
sido los primeros humanos contactados por ET. Pero su hallazgo mereció
un premio Nobel de Física y amplió el catálogo de objetos cósmicos
conocidos.
En M82 algo raro, muy raro, está pasando ahora. ¿Qué nueva especie de fenómeno estará esperando a ser bautizado?
http://findesemana.libertaddigital.com/en-el-cielo-pasan-cosas-raras-1276237716.html